En Estados Unidos, la convulsión social y la lucha por los derechos civiles tiñó de sangre y horror la mayor parte de los 60s. Un gobierno obsesionado por ganar la guerra en el Sudeste Asiático usó a la juventud para experimentar con armamento y el uso de drogas.
Las familias norteamericanas se reunían para ver la transmisión de los bombardeos en Vietnam, así como de las presentaciones de El Show de Ed Sullivan, Los Locos Adams, Combate y Los Picapiedra, aunque aquello no mitigara los desafortunados sucesos.
Ante una sociedad dividida e incomprensiva, se alzaron las voces de artistas, poetas y cantantes, dando lugar a la música de protesta, que, a través de las canciones mandaban un mensaje contundente a todas las generaciones y, sonaron en todos los confines del mundo. Era el momento de cambiar el status quo y serían las mujeres quienes empezarían el cambio.
Las voces femeninas antes de 1967 habían sido siempre armónicas, sutiles y políticamente correctas. Con grabaciones hechas para bailar, alegrar y destacar la moda de vanguardia y los maquillajes relucientes. Eran tiempos complejos para que una mujer se pudiese convertir en líder de opinión, pero el festival de Woodstock de 1969 lo cambió todo, lanzando a la fama a la primera estrella de rock femenino, cuya efímera carrera concluyó con su trágica muerte un año después: Janis Joplin.
El legado de Joplin “La Bruja Cósmica”
“La Bruja Cósmica” se encargó de prepararle el camino a las voces femeninas del rock que le sucederían en las décadas siguientes y, Joplin con su estilo único y potente voz, se convirtió en una poderosa influencia e inspiración para toda una generación, con canciones icónicas como “Move Over”, “Me and Bobby McGee”, “Cry Baby” y muchas más. Su voz dejaría un legado indeleble.
El encanto de la madrina del punk: Patti Smith
Durante los 70s mientras nuestros vecinos se preocupaban por la política y lo que le dirían al mundo sobre lo ocurrido con el conflicto vietnamita, los británicos aprovecharon para exportar su género musical más novedoso: el punk, y sería en Nueva York donde vería algunos de sus años de máximo esplendor.
Con el desarrollo del punk, llegaría Patti Smith, la madrina del punk, una cantante, artista visual y escritora estadounidense que saltaría a la fama en 1975 con el lanzamiento de Horses, su álbum debut.
Sus canciones y poesía cambiaron la percepción de cómo las mujeres debían ser vistas en la escena musical, fue así como comenzaron a formarse agrupaciones femeninas que no solamente sorprenderían con su habilidad para tocar instrumentos, sino que también se alejaban de los estereotipos de las girl bands que eran mucho más coreográficas. Uno de los primeros grupos en hacerlo fue The Runaways, de donde emergió Joan Jett, junto al grupo The Blackhearts empezó a delinear el sonido de las voces del rock femenino.
La revolución llegó de la mano de Stevie Nicks
Durante la segunda mitad de los 70s, Fleetwood Mac se convertiría en una de las agrupaciones más importantes, con caballeros ingleses y damas norteamericanas en su alineación. Gracias a las voces de Lindsey Buckingham, Christine McVie y Stevie Nicks, la banda ha vendido alrededor de 120 millones de discos a lo largo de una trayectoria musical que ya supera los 50 años.
Stevie Nicks fue un parteaguas musical, sin ella el pop actual no sería lo mismo. Es reconocida como la creadora absoluta del cambio, no sólo por su estilo y capacidad artística, sino por su inconfundible voz. El reinado de la gitana permanece hasta nuestros días.
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Los voces femeninas de los 80s
Los ochentas trajeron consigo el nacimiento de ritmos electrónicos, dando lugar al nacimiento de dos géneros esenciales: el new wave y el synth pop.
Muchas agrupaciones empezaron a incluir mujeres como vocalistas y con los videos como máxima herramienta de promoción en medios como MTV, la imagen se convirtió en un elemento fundamental para la venta del disco compacto o CD.
Los 80s también vieron nacer a Pat Benatar, una hermosa y talentosa mujer que se consolidó como una de las mayores exponentes del rock norteamericano.
Antes de concluir los 60s, Seattle vería nacer una de las primeras bandas de rock femenino: Heart, formado por las hermanas Ann y Nancy Wilson. A partir de 1983 tendrían sus más grandes éxitos comerciales, entre ellos, Passionworks y su álbum homónimo
Deborah Harry, liderando a Blondie, se posicionaría como otra de las voces femeninas más importantes de la época. La trayectoria de Blondie fue un tanto compleja, tan sólo seis años después de su debut se separarían, para regresar a grabar en 1997 y mantenerse vigentes hasta nuestros días, Blondie es una agrupación que hasta ahora sigue siendo referente e inspiración para el estilo de nuevos talentos femeninos.
Las rockeras de los noventas
Los 90s entregaron al mundo musical voces femeninas extraordinarias y grandes compositoras. De Canadá, Alanis Morrissette se convirtió en una de las estrellas más fulgurantes del universo femenino utilizando una lírica muy poderosa y jamás escuchada. También destacó Tori Amos y la longeva y legendaria Chrisy Hynde al frente de Pretenders.
La vocalista de No Doubt, Gwen Steffany, fue uno de los principales referentes de rebeldía y transformación, sentando un precedente para lo que vendría con el grunge, con voces como la de Linda Perry, vocalista de Four None Blondes, y la tristemente célebre Courtney Love, quien tuviera un éxito importante como parte del cuarteto Hole.