Ant-Man debutó en el universo cinematográfico de Marvel en 2015, con su película homónima —que formó parte de la fase dos de dicha saga—. El camino que ha enfrentado Scott Lang durante todos estos años que decidió convertirse en un héroe le ha cobrado factura, recordemos que fue afortunado al salvarse del chasquido de Thanos que cobró millones de víctimas.
Lang regresaría en 2023 en la línea principal en la que lucharía al lado de los seis vengadores originales y más aliados para derrotar a un Thanos de una línea alterna. Sí, el concepto de multiverso es algo confuso a estas alturas, pero después de Avengers: Endgame, se han estrenado proyectos que se adentran en mostrar algunas piezas de las realidades alternas como Loki, Doctor Strange 2, la serie What If?, entre otras.
En esta ocasión hablaremos de la tercera cinta de Ant-Man, proyecto con el que se ha dado comienzo a la quinta fase de la saga de películas más rentable de los últimos 15 años. Para ir comenzando, vemos el desenvolvimiento de Scott tras su regreso luego de estar encerrado en el reino cuántico. Su vida es totalmente diferente, dejando de ser visto como un criminal perdedor, a un valiente héroe que salvó a la tierra.
Aunque claro, no es fácil para Lang adaptarse a la fama que le trae ser un Vengador, y acompañando al éxito, vive su romance al lado de Hope Van Dyne —interpretada por Evangeline Lily—. Uno de los primeros detalles que no terminan de ser convincentes a lo largo de la cinta es la actuación de la joven Kathryn Newton —Cassie Lang— viéndosele inexpresiva y poco convincente en las diversas situaciones críticas de la historia, lo que nos lleva a cuestionar si realmente fue buena idea re castear al personaje.
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Sabemos que mantener el nivel de calidad en 31 películas no es sencillo, pero a estas alturas —y en pleno 2023— se esperaría que productoras como Disney y Marvel se enfoquen en dar una coherente combinación entre historia y efectos visuales. Lamentablemente esta tercera parte de Ant-Man está rodeada de factores que no le favorecen en lo absoluto, al intentar introducir al gran villano multiversal al mismo tiempo de incluir a la familia de los Lang y los Pym-Van Dine, colocando inconsistencias en la dinámica de todos los personajes, reduciendo el potencial de Kang y de la propia película.
Ant-Man and The Wasp: Quantumania sucede en su mayoría en el reino cuántico, trayendo este nuevo espacio que hace alusión a Star Wars pero sin el mismo brillo de aquella franquicia, buenos efectos o relevancia. Definitivamente lo peor de la película son los efectos visuales, un trabajo que hace parecer que se está viendo una película de principios de la década del 2000, visualmente agotadora, dando la estocada final con la llegada de Modok, lo que podría situar esta cinta entre los peores diseños en la historia de Marvel.
Tristemente vemos que la fase cinco arrastra los problemas que se venían enfatizando durante la cuarta fase con las series de She Hulk y Ms Marvel o con las cintas de Doctor Strange 2 y la cuarta entrega de Thor. Con una duración de poco más de dos horas, la mayor parte de la trama pudo haberse recortado sin problema, rellenando espacios que convertían el desarrollo y el clímax en algo aburrido y tedioso, si Disney lo hubiese hecho un especial de una hora de duración quizá funcionaria de manera más positiva. No sabemos que vaya a querer mostrar Marvel con sus futuras historias de esta fase, pero no podemos asegurar que vayan a ir mejorando las introducciones de conceptos que se han visto en otras franquicias de ficción ejecutadas de manera más orgánica.
