El 2 de diciembre de 1981, nació Britney Jean Spears, quien se convertiría en una de las mujeres mejor remuneradas en la industria musical. Representó una figura de admiración para las niñas y jóvenes de la década de los 90 y principios del nuevo milenio. Sin embargo, también llevó consigo el peso de ser el sostén de una familia disfuncional, enfrentó los estragos de la fama, las consecuencias de las adicciones, la indiferencia de sus hijos y vivió bajo el yugo de un padre dispuesto a hacer lo que fuera necesario para mantenerse como el principal beneficiario de la exitosa mina de oro que era Britney.
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La historia de la familia Spears nunca se caracterizó por ser completamente color de rosa ni estar llena de éxitos. Incluso antes de que Britney Jean llegara al mundo, sus antepasados ya vivían vidas marcadas por la violencia, la depresión, el abuso de sustancias y los fracasos económicos.
El matrimonio de Jamie Spears y Lynne Portell fue una relación que duró casi 30 años, durante la cual dieron vida a tres hijos: Bryan (nacido en 1977), Britney Jean (1981) y Jamie Lynn (1992). Su vida cotidiana se asemejaba a la de cualquier familia de clase obrera de Misisipi, participando en eventos de la iglesia, cuidando de los abuelos de ambas partes de la familia y buscando maneras de mejorar sus ingresos económicos.
La música siempre estuvo presente en la vida de la pequeña Britney, desde escuchar baladas de los años 50 con su amada bisabuela Lexie (a quien le prohibieron ver después de un accidente automovilístico), hasta cantar en el coro de su congregación de la iglesia. Su infancia fue todo menos normal o tranquila, ya que a partir de los tres años de edad la llevaron a clases de baile y, a medida que crecía, continuó su entrenamiento en gimnasia mientras seguía desarrollando sus habilidades como cantante.
Para Spears, la música siempre representó una manera de «estar conectada con Dios», un elemento vital que nutrió sus sueños e ilusiones desde muy temprana edad. The Woman in Me nos abre el camino al ascenso de una estrella que no solo cosechó millones de dólares antes de cumplir tan siquiera su segunda década de vida, sino que también refleja cómo, a pesar de dejar un legado inigualable, Britney no pasó por las mejores circunstancias dentro y fuera de los escenarios.
Quizás el mundo ya esté familiarizado de principio a fin con la lista de escándalos que rodean a la controvertida figura de la «Princesa del Pop». Sin embargo, en este libro, es la propia cantante quien anhela compartir su verdad con el mundo. Quiere explicar las razones detrás de varias de sus controversias y liberar el dolor que ha guardado en silencio durante años.
Ser el pilar que sostuvo la economía y la carrera de su entorno cercano provocó un desgaste emocional y físico en Britney. Pasó de ser vista como una mujer, hermana, hija y pareja a ser considerada únicamente una fuente de beneficios para oportunistas sin escrúpulos.
No solo vivir bajo la tutela de un padre manipulador le dejó secuelas que aún la afectan, sino también ver cómo su madre disfrutaba sin ningún reparo de las ganancias de un libro lanzado en un momento en el que Britney se estaba recuperando de uno de sus mayores escándalos. Además, durante muchos años tuvo que enfrentar los conflictos laborales que Jamie Lynn provocaba en su época como actriz en Nickelodeon.
Claro, no solo podemos leer las palabras de una víctima, sino que valientemente reconoce los errores que la llevaron a ser objeto de la atención negativa y despectiva de los medios. Uno de los aspectos más impactantes que se ha vuelto viral días antes del lanzamiento de la versión completa de The Woman in Me es la recapitulación de su mediática relación con Justin Timberlake, uno de los más grandes amores de su vida.
Este romance trajo a la cantante una cantidad innumerable de críticas, ya que durante años se mantuvo un velo de silencio sobre cómo varios conflictos y decisiones bajo presión llevaron a un desenlace complicado entre ambas estrellas.
Pero más allá de leer a una estrella que ahora busca obtener la empatía del público, entendemos la realidad de una mujer que simboliza los estragos que la industria musical inflige a las mujeres. Si bien Britney está lejos de ser una figura intachable, es evidente que en más de una ocasión se vio obligada a enfrentar sola todo el peso y dolor de los señalamientos que la prensa le atribuía como una madre deficiente, como sucede con muchas mujeres artistas. Si no se ajustan a un estricto y misógino marco de comportamiento, son tachadas de locas, mediocres, personas en declive y son objeto de cientos de adjetivos que no solo perjudican su carrera, sino que también crucifican su rol de madres, sus vidas amorosas y los cambios físicos que experimentan con el paso del tiempo.
Este libro es una advertencia que puede servir como una reflexión, no solo como un apoyo para Spears, sino como un marco de la realidad que sigue rigiendo la industria musical. Es una industria que cosifica, abruma, insulta y señala a las mujeres, pero no les proporciona las herramientas para sanar y reconstruir sus carreras e historias sin ser víctimas de prejuicios y burlas.
Si tienes la oportunidad de leer The Woman in Me, te dejará con una mezcla de sentimientos que te llevan a cuestionarte: ¿Cómo logró Britney Spears sobrellevar todo eso por sí sola?