Noche de Fuego, la película de la salvadoreña Tatiana Huezo abre con la pequeña Ana cavando un hoyo para esconderse, las tropas militares han estado rondando la zona, es tiempo de cultivo y cuando las camionetas negras se acercan a las casas, todos saben lo que significa: es momento de esconderse.
Así es la vida de Ana, María, Paula y cientos de niñas que viven bajo el yugo del crimen organizado en nuestro país. Noche de Fuego es un doloroso retrato de la fragil realidad de muchos. Una película en donde los protagonistas no son los personajes, sino el miedo, la angustia, el enojo y la desesperación. Donde la tranquilidad pareciera ser un lujo y como dice Ana, en donde “lo mejor que te puede pasar es ser una niña fea”.
Día a día, las madres, quienes terminan trabajando en los campos de cultivo a cambio de un poco de protección, cuidan eliminar cualquier rastro de feminidad de la vida de sus hijas, cortándoles el cabello y alejándolas de aquellos ornamentos que podrían hacer que se fijaran en ellas, todo como un mecanismo de defensa, aunque a veces, ni siquiera eso es suficiente.
El film, que fue acreedor de Un Certain Regard Special Prize en el festival de Cannes del año pasado, es la primera producción cinematográfica de ficción de Huezo, pero que aún así se acerca a los tintes documentalísticos del resto de sus entregas.
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Noche de Fuego —que es una adaptación de la novela Prayers for the Stolen de Jennifer Clement— es mucho más que ficción y buscaba ser un retrato de la vida de tres niñas que se refugian en la amistad, lo único que tienen para escapar del miedo que las acecha a todo momento.
Una mirada desgarradora que sirvió para visibilizar una herida abierta que aqueja a nuestro país.
Ve el tráiler de Noche de Fuego abajo.