Incluyendo «Texas Hold ‘Em» , el nuevo álbum de Beyoncé salió el pasado 29 de marzo ante una cálida recepción pero con tal vez demasiada ambición.
El 29 de marzo, Beyoncé finalmente lanzó su tan esperado Cowboy Carter. La «Reina B» generó grandes expectativas entre sus fans después de lanzar el súper exitoso sencillo Texas Hold ‘Em, durante el Super Bowl en febrero. Después de más de un mes, el mundo ya no podía esperar más por ver que tenía esperándonos.
Tras el lanzamiento, Cowboy Carter rompió récords de ventas y escuchas en plataformas digitales. Los fans celebraron el regreso de Beyoncé con euforia, destacando su poderosa voz, las letras profundas y la mezcla de géneros musicales que caracteriza al álbum.
Con rendiciones de «Blackbird» de los Beatles y «Jolene» de Dolly Parton, el álbum trata de generar un vínculo entre lo nuevo y lo viejo, y crear un puente entre dos mundos diferentes. Beyoncé, nativa de Texas, dijo que la decisión de crear un álbum country vino del rechazo que sufre de parte de esta comunidad musical. Según la propia Beyoncé, este álbum no iba a ser country iba a ser un álbum de Beyoncé, hazaña que parece difícil de balancear.
A través de las 27 canciones incluidas, la cantante explora temas como la maternidad, la sexualidad, el empoderamiento femenino y la búsqueda de la identidad. La artista se muestra vulnerable y honesta en sus letras, regalando a sus fans una mirada íntima a su vida y sus emociones. Además, incluye participaciones de artistas como Post Malone, Dolly Parton, Willie Nelson y Miley Cyrus. Con un aparente sello de aprobación de dos leyendas del género, y la ayuda de algunos de los artistas contemporáneos más famosos, Beyoncé parece querer reflejar la dualidad dentro de ella que produjo una de las mejores artistas de todos los tiempos.
Cowboy Carter es un álbum que sin duda dará de qué hablar. Es un trabajo ambicioso y personal que refleja la madurez artística de Beyoncé. Sin embargo, su larga duración y la falta de consistencia nos deja un producto con mucho que decir pero que parece distraerse con facilidad. Pero si algo nos ha demostrado es que, a sus 42 años, Beyoncé no tiene miedo de tomar riesgos y explorar nuevos caminos musicales.
