La última entrega de Coachella comenzó el pasado viernes 12 de abril, y además de presentar a algunos de los artistas más populares del momento, logró reconectar a su audiencia más madura con la música de su juventud.
Coachella está de regreso. 25 años después de su primera edición, uno de los festivales más importantes se instaló en el desierto del Empire Polo Club en Indio, California, para regalarle al mundo 6 días de algunos de los nombres más influyentes en el mundo de la música. El primer fin de semana ya pasó, pero el siguiente viernes le da arranque a los siguientes tres días que mezclará todos los clásicos y los nuevos sonidos en la industria.
Como ya es costumbre, el festival ofreció una amplia selección de artistas para complacer a sus fans. Desde íconos que los millenials adoraron, hasta las nuevas estrellas que probablemente les costaron un boleto a los papás de muchos gen z.
Lana Del Rey, Tyler the Creator y Doja Cat encabezaron el cartel principal, y llevaron a más de un invitado sorpresa. Tyler subió al escenario a Childish Gambino, Kali Uchis y A$AP Rocky. El último también acompañó a Doja cat, que lo reunió con 21 Savage y Teezo Touchdown. Por su parte, el domingo se presentó Lana Del Rey, que llevó a Billie Eilish, Jack Antonoff y Jon Batiste, aunque Batiste ya se había presentado un día antes.
Esperando a un aproximado de 150 mil personas por día, Coachella se esmeró por darle a la gente un espectáculo que no olvidaría. Además de sets espectaculares, como el barco que instaló Lil Yachty, y el increíble show de Doja Cat, los escenarios de este año estuvieron repletos de talento latino.
México en particular estuvo más que bien representado. Con Peso Pluma, Santa Fe Klan, Carín León, Girl Ultra, Kevin Kaarl y Latin Mafia, la bandera tricolor pudo volar en alto durante el fin de semana pasado. Además de sus logros individuales en la industria, de los cuales tienen muchos, se unen a talentos como Café Tacvba, Zoé, Molotov, Julieta Venegas, Los Ángeles Azules, Porter y Carla Morrison, en haberse presentado en esta celebración internacional de la música desde su inicio en 1999.
El colombiano J Balvin también hizo una apariencia. En ella, sacó a Will Smith vestido como su personaje en Men In Black para cantar el tema de la película. Después de la infame cachetada a Chris Rock durante los Óscares, Smith había echo muy pocas apariciones públicas, pero parece que al público de Coachella no le molesto ver al Príncipe de Bel-Air de nuevo.
Otra sorpresa fue la reunión del grupo Sublime y el electrizante reencuentro de No Doubt, el grupo de los 90s encabezado por Gwen Stefani. Además de regarle a su audiencia recuerdos de hace 30 años, también llevó a Olivia Rodrigo, que después de una recepción llena de gritos y emoción, parece como si haya tomado la batuta de uno de los más grandes iconos del pop.
De la mano de estos momentos también hubo un par de decepciones. Principalmente la presentación de Grimes y Blur. La artista canadiense se retiró del escenario a la mitad de una canción después de que supuestas fallas técnicas no le permitieran acabar su concierto. Blur por su parte acabó su concierto, pero su fundador y vocalista, Damon Albarn, estaba visiblemente alterado después de que el público no coreara sus canciones. Llegó incluso a gritarle en desesperación a su audiencia que cantara.
Después de que el grupo se reuniera para lanzar un nuevo álbum en 2023, habían expresado su frustración sobre el paso del tiempo y la recepción con la que se estaban enfrentando. Incluso sugirieron separarse una vez que acabaran de promocionar este proyecto. Puede que el aparente enojo haya sido más que solo algo del momento, pero fue un momento tenso para una audiencia joven que probablemente solo estaba haciendo tiempo para ver a Jungle.
La cartelera se repetirá para el siguiente fin de semana, comenzando el viernes 19 de abril, y sin duda habrá más sorpresas que darán mucho más de que hablar.