´Inmaculada´: Un refrito aburrido con Sydney Sweeney

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En la promoción de películas de terror, es común exagerar la importancia de la trama para captar la atención del público y asegurar una recaudación significativa en taquilla. Tal es el caso de Inmaculada, una cinta que primero se estrenó en los cines estadounidenses y que, al anunciarse su llegada a México, utilizó la clásica estrategia de involucrar a su protagonista en interacciones con el público mexicano.

La táctica fue exitosa, generando interés en una película que se promocionó como «la más terrorífica del 2024». En varios sitios de internet se comentó que en algunas salas de cine se optó por proyectarla con las luces encendidas, debido al miedo que causaba en los espectadores.

Pero, ¿es realmente Inmaculada una obra destacada en su género? La película sigue la historia de Cecilia, una joven devota que, tras sobrevivir milagrosamente a un accidente, decide dedicar su vida a Dios. A pesar de ser estadounidense, Cecilia debe cumplir sus votos en un convento en Italia, enfrentándose a la barrera del idioma, pero determinada a cumplir su misión.

Imagen : Twitter/ @TheCinesthetic

Sydney Sweeney brilla en su papel, encarnando a una protagonista de terror clásica con una inocencia que contrasta con la cruda realidad de su entorno. Su actuación demuestra su capacidad para liderar un film de este género sin recurrir a la hipersexualización, una trampa común en la industria.

Por otro lado, la integración de Álvaro Morte no añade mucho a la ya débil trama de Inmaculada. Aunque Sweeney hace lo mejor posible en una película que combina suspenso con terror psicológico, la historia se hunde en clichés que terminan sobrevalorando la película.

Inmaculada recuerda inevitablemente a El bebé de Rosemary (1968), donde el final deja a las protagonistas horrorizadas tras dar a luz a todo menos a un mesías. La película resulta tediosa, con escasos sustos efectivos. Bien pudo haberse estrenado directamente en streaming, ya que no aporta nada nuevo al género ni a una industria que parece quedarse sin ideas frescas.

A pesar de su mediocridad, el éxito comercial de la película es innegable. Con una recaudación que supera los 60 millones de dólares, ha superado con creces su presupuesto, lo que podría generar interés en una secuela o precuela. Resta esperar la reacción del público en streaming, especialmente de aquellos que no pudieron verla en cines. Aunque la película no sea una obra maestra, su éxito financiero la coloca como un fenómeno digno de atención en el panorama actual del cine de terror.

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