Una noche histórica para la banda que en una celebración con Sold Out se presentaron por segunda noche en el coloso de Reforma, ofrecieron un extraordinario concierto plagado de hits y sorpresas.
Moenia se ha consolidado desde su aparición en los años 90 como la banda synth pop más importante de nuestro país y tal vez de Latinoamérica. Algo nada fácil en un lugar que no se caracteriza por la proliferación de bandas de este estilo musical. Hay música electrónica, pero ningún grupo con ese guiño tan marcado por la accesibilidad.
Sus temas de desamor y rompimiento han sido durante años asociados con su mensaje, el cual Alfonso Pichardo, su frontman e la inconfundible voz del grupo, junto con Alex Midi y Jorge Soto han transmitido disco tras disco logrando temas que aun sin apoyo radiofónico ni campañas de marketing intensivas, han llegado a ser del dominio de la gran mayoría del público.
Una producción muy elaborada para un evento especial, con una pantalla en forma de V que proyectaba gráficos idóneos para la música que sonaba. El grupo hizo su aparición con unos cubos en la cabeza que proyectaban lo mismo que veíamos en la pantalla principal, haciendo un efecto espacial al igual que los coloridos láseres que adornaban la presentación. Un trabajo de dirección artística loable y atractivo.
El repertorio incluyó la mayoría de sus éxitos y temas populares, abrieron con “Summer Drive” de su reciente Hagamos contacto, para seguir con la inconfundible “Tú sabes lo que quiero” y el público como resorte comenzó a brincar. Así fueron desfilando grandes temas como “Déjame entrar”, “Mejor ya no”, “Prohibido Besar”, incluyendo algunos covers de sus discos Stero Hits, como “La célula que explota”, “Ni tú ni nadie” o “Llámame si me necesitas”.
Entre los invitados destacó Leo de Lozzane de Fobia que cantó “El diablo en el cuerpo” y la de Fobia “El diablo” que todo el mundo celebró. Los acompaña una gran baterista al igual que el guitarrista Bibriesca y los coros de Dulce Polly, complemento perfecto para Alex Midi y Jorge Soto que desde arriba de sus tarimas con sus sintetizadores generan un mundo sonoro que pone al público a bailar y corear la mayoría de sus temas. Incluso se dieron espacio para hacer un acústico sumamente interesante.
Su público es muy variado, de diferentes edades, desde los viejos fans que los vieron nacer y permanecer, así como público jóven, que conoce sus más recientes trabajos o que tal vez influenciados por sus mayores, igualmente disfrutaron y brincaron con la música del grupo.
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Para cerrar otros grandes temas como “Manto estelar”, “¿En qué momento?”, “Ya no es así” un encore en el centro del Auditorio y cerraron con “No puedo estar sin ti” canción que los diera a conocer en el final del siglo XX.
Un grupo que no pasa de moda, la banda suma fechas del Pixel Tour por México y otras partes del mundo. Un trio incansable que sabe que su música siempre fue vanguardista y ahora en este momento sigue sonando actual y futurista.