Desde hace un tiempo, Marvel Studios ha estado en un camino lleno de altibajos en cuanto a la calidad de sus proyectos. Aunque su universo cinematográfico ha sido en gran medida un éxito, su incursión en el mundo de las series ha dejado a muchos fanáticos con sentimientos encontrados.
Un ejemplo reciente de esto es la serie Secret Invasion, la cual, a pesar de su nombre y las expectativas que esto conlleva, dista mucho de alcanzar la grandeza del cómic que le dio origen.
El elenco de Secret Invasion está repleto de estrellas de renombre, entre ellas destaca Samuel L. Jackson en el papel del experimentado Nick Fury. La serie podría haber llevado incluso el título en referencia a la intriga en torno a la relación de Fury con los Skrulls, sirviendo como una introducción intrigante a futuras tramas más ambiciosas que involucren a los Skrulls y a un conjunto más amplio de héroes en la pantalla.
Emilia Clarke da vida a G’iah, una rebelde Skrull joven que inicialmente se alinea con Gravik, líder de un grupo disidente de Skrulls que se ha desvinculado de Talos (interpretado por Ben Mendelsohn). La interacción de estos personajes enriquece la trama al explorar las tensiones y lealtades dentro de la comunidad Skrull, añadiendo capas emocionales a la narrativa central.
El show logra mantener una tensión palpable a lo largo de sus seis episodios, cautivando la atención desde el primer capítulo con la constante pregunta de quién en realidad es de confianza y quién podría ser un Skrull infiltrado. Sin embargo, el punto más débil de la serie recae en su episodio final. En este aspecto, Marvel a veces tiende a cerrar sus historias apresuradamente, lo que conduce a cabos sueltos y a una amalgama de tramas en un lapso de menos de 50 minutos. Esto puede dejar a los fanáticos insatisfechos, ya que sienten que la narrativa se ve apresurada y no logra mantener la misma intriga que permitía anticipar ansiosamente el siguiente proyecto.
En cuanto a efectos visuales efectos visuales de Secret Invasion superan a otros shows como Ms. Marvel o She Hulk. Sin embargo, el exceso de digitalización en la batalla final del sexto episodio puede generar controversia. La dependencia de Marvel y Disney en la exuberante digitalización para lograr un impacto visual impactante en sus proyectos podría ser cuestionada por algunos, ya que podría considerarse un enfoque excesivo y repetitivo en lugar de un uso orgánico y narrativamente coherente.
Foto: X / @SecretInvasion