Cuando un alter ego perdura más de una década, debe haber una razón poderosa detrás de su longevidad. En su nuevo álbum, Eminem prometía rendir homenaje a su otra personalidad, el cínico, crudo y desvergonzado Slim Shady. Shady ha sido un compañero inquebrantable de Marshall en tiempos de gloria y oscuridad, lanzando mensajes polémicos y críticas mordaces con su humor ácido y negro, dirigido a una industria y sociedad hipócritas que tienden a ocultar lo turbio y perverso que las constituyen. Slim Shady desafiaba sin miedo las normas sociales y a la autoridad misma, convirtiéndose en un alter ego tan eficaz que merecía un funeral digno para darle el último adiós.
The Death of Slim Shady (Coup de Grâce) es el duodécimo álbum de estudio en la carrera de Eminem, lanzado cuatro años después de su último trabajo, Music to Be Murdered By. Los primeros dos sencillos de este álbum — «Houdini» y «Tobey» —auguraban un regreso alentador, un flashback al estilo clásico en la música y producción que caracterizaban al rapero. Al escuchar el álbum completo, podemos digerir cada canción para dividirlas en dos categorías: las de Slim Shady y las de Marshall, en poco más de una hora de duración de este peculiar funeral musical.
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Las mezclas de rap, hip hop y rap rock brindan la dosis de nostalgia que sus fanáticos más acérrimos necesitaban escuchar. Este álbum es exactamente eso: nostalgia, una despedida y una remembranza a la juventud y viejos éxitos de Eminem. Aunque este álbum dista de ser el mejor de toda la carrera de Marshall Mathers y probablemente no entra ni siquiera en un top cinco, el estilo refrito que nos ofrece puede disfrutarse a pesar de lo trillado y monótono que se torna en la mitad de sus 21 canciones. Sin embargo, está claro que el equipo creativo y Eminem deben poner manos a la obra para no seguir estancados en el pasado.
Sin duda se agradece tener un último adiós para Slim Shady, permitiendo a los fans elegir una canción del álbum y despedirse. Pero este funeral se siente agridulce y forzado. Si se tuviera que calificar el álbum entero con la típica escala de estrellas, debería recibir 5 de 10. Es un álbum tibio, nostálgico, que claramente genera conflicto, porque no es totalmente bueno, pero tampoco es un desastre fatídico en comparación con los regresos y fracasos musicales que han saturado el año.
¿Será hora de que Eminem se renueve o ya es tiempo de retirarse de la industria? Esta es la pregunta que nos hacemos todos después de escuchar The Death of Slim Shady (Coup de Grâce). El álbum nos deja con un sentimiento de ambivalencia, cuestionando si Marshall Mathers aún tiene algo nuevo y relevante que ofrecer al mundo del hip hop, o si es hora de colgar el micrófono y dejar que su legado hable por sí solo. Eminem ha sido una figura icónica y revolucionaria en la música, y este álbum, aunque no es su mejor trabajo, es un testamento a su trayectoria.
