´Godzilla y Kong´: El Nuevo Imperio, la comida chatarra del cine.

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Durando 115 minutos, Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio, la nueva entrega dentro del MonsterVerse, salió en cines el pasado 28 de marzo. Adam Wingard regresa como director para su secuela de “Godzilla vs. Kong” (2021) en esta producción de Warner Bros.

La película sigue a King Kong, que después de descubrir una sociedad esclavizada de simios en el centro de la tierra, debe aliarse con Godzilla para derrotar al malvado dictador que los controla y el kaiju bajo su poder. Tratando de ayudarlos, y más que nada observándolos, regresan los personajes de Rebecca Hall, Kaylee Hottle, Brian Tyree Henry y la introducción del actor Dan Stevens dentro de la franquicia.

En una película con Godzilla y King Kong, sería difícil aparentar que la cinta es algo más que golpes y entretenimiento, esencialmente lucha libre de CGI. La belleza de este tipo de películas es que no tienen que ser nada más. Nadie compró un boleto para descubrir cómo era la infancia de Kong.

La primera película de Godzilla trató de abordar la historia desde un enfoque más tradicional, y se enfoca en los humanos que sufren ante la invasión de los monstruos. Sin embargo, cuando decidieron hacer una franquicia con estos personajes, alteraron la historia de Kong para que pudiera salir en más películas y poder verlo en acción contra otros monstruos. Es exactamente lo que estamos viendo ahora.

Después de que la dinastía de super héroes empezará a perder su fuerza, muchas personas estaban cansadas de los espectáculos de CGI sin ningún trasfondo, de personajes unidimensionales y guiones más aptos para películas que se iban directo a Dvd que una experiencia cinematográfica. Sin embargo, Godzilla y Kong logra explotar un nicho que la gente todavía quiere ver. Con personajes adorados, como muchos super héroes pueden ser, es triste verlos reducidos o ridiculizados, desperdiciando años de desarrollo y potencial, pero hay un límite al desarrollo que le puedes dar a un chango y una lagartija.

Películas como las de Planeta de los Simios hacen un fantástico trabajo en humanizar chimpancés y darles historias llenas de tragedia y emoción, pero esa no es la razón por la que compras un boleto a Godzilla y Kong. La gente quiere ver un espectáculo que los personajes eran incapaces de dar debido a las limitaciones tecnológicas, pero ahora que es posible renderizar cualquier personaje a la pantalla grande, por qué no lo harías lo más espectacular posible. Es el tipo de película que te hace sentir como si tuvieras 8 años y estuvieras viendo caricaturas en un sábado por la mañana.

Los personajes humanos en estas películas casi siempre dejan algo que desear, y más que nunca estorban, alargando la trama innecesariamente mientras esperamos lo que realmente queremos ver. Es el mismo caso aquí. La intención no es quitarle merito al trabajo de los actores, todos hacen su trabajo de manera adecuada, solo que su tiempo en pantalla podría ser reducido para acercar esta película un poco más a la marca de 90 minutos y la historia no se vería afectada.

En general, esta película no es más que lo que esperas ver, pero te regala 2 horas de diversión que entra dentro del género “desconecta tu cerebro”. La clasificación B deja que gente de todas las edades la pueda disfrutar y te puedes reír con tus amigos o llevar a tus hijos.

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