Slash es reconocido por su trabajo con Guns N’ Roses, una colaboración que ha superado las dos décadas y ha mantenido a la banda en la cima de la industria musical. De hecho, en su última visita a México con la banda, se le vio enérgico, entregando lo mejor de sí en cada canción.
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Su trabajo en solitario tampoco ha pasado desapercibido. Su marca personal lo ha convertido en un referente de la cultura pop y la industria musical, siendo incluso parodiado en series animadas y siendo la imagen de juguetes y figuras que atraen a los coleccionistas con corazón rockero.
Slash ha tenido colaboraciones peculiares, como la que realizó con Fergie. En su nuevo álbum, titulado Orgy Of The Damned, encontramos una combinación de voces y estilos que hacen honor al título del proyecto. «Killing Floor» es uno de los mejores temas de todo el álbum, el conjunto con Brian Johnson es sublime. El haber reclutado al bajista Johnny Griparic y el teclista Teddy Andreadis es uno de los aciertos importantes de todo el álbum.
Quizá la formula que Slash empleó en Orgy Of The Damned pueda parecer un dejavú en comparación a proyectos previos, pero es funcional y por lo mismo se mantiene como base en este nuevo material.
El álbum tiene toques de blues y su lista de colaboradores combina varias voces y estilos, desde Demi Lovato hasta Chris Robinson de The Black Crowes, Gary Clark Jr., Chris Stapleton, Billy F. Gibbons de ZZ Top, Brian Johnson de AC/DC, Iggy Pop y Paul Rodgers.
La dinámica en cada pista es armoniosa y original, aunque también peculiar para los seguidores más exigentes. Este cambio de patrones se recibe con altas expectativas, pero el álbum no resulta ser extraordinario. Tiene un ritmo blues básico y digerible para aquellos menos familiarizados con el género. Es elegante y escandaloso a la vez, pero directo en permitir que Slash recree sus raíces innovando con sus invitados y satisfaciendo a sus seguidores.
