Harry Edward Styles desde que estudiaba en el colegio estaba interesado en la música y formó su primer grupo con compañeros en su natal Holmes Chapel en Inglaterra. Influenciado por la música de Coldplay y la influencia materna de Elvis y The Beatles, siempre le gustó el funk y el soul. Tuvo que abandonar su banda cuando lo aceptaron en el concurso de X Factor, en el que se inscribió cantando la famosa “Isn’t She Lovely” de Stevie Wonder, para posteriormente iniciar su carrera con el grupo One Direction, la aparición del genio de Simon Cowell y el resto de esa historia que seguramente conocen.
Este año lanzó al mercado su tercer disco como solista, Harry’s House, sus dos discos previos fueron muy exitosos y cimentaron su carrera musical. Algo no muy común, ya que son pocos los artistas que logran hacer una carrera importante después de haber pertenecido a una boy band, ahí está el caso de Michael Jackson, Robbie Williams, Justin Timberlake o en el caso de mujeres, Beyoncé, por mencionar algunos ejemplos. Artistas en toda la extensión de la palabra que trascendieron las exitosas historias de sus grupos para forjar una carrera propia con su talento ganándose el respeto y admiración incluso de los escépticos.
Este nuevo disco fácilmente podría ser uno de los mejores del año, plagado de originalidad, nuevamente acompañado por el trabajo de Kid Harpoon y Tyler Johnson (productores de Sam Smith y Shawn Mendes) esta producción pop alcanza niveles notables, con un aire californiano, sonidos nostálgicos pero contemporáneos, del estilo de un Bruno Mars o Mark Ronson. Si bien no tiene una “Watermelon Sugar” este disco estuvo abanderado por la increíble “As It Was” que irrumpió en listas y gusto del público de manera estrepitosa. El disco contiene material sublime como “Late Night Talking” que seguramente también será un sencillo en breve, “Cinema” con la participación de John Mayer, la muy McCartney “Grapejuice” o la funky “Daydreaming” por mencionar algunas. Un disco estelar en este año que termina.
Desde su álbum debut homónimo de 2017 se presentaba a un chico de 23 años bastante maduro que había realizado sus propias composiciones, totalmente decidido a ser el príncipe del Rock & Roll. Su primer sencillo “Sign of the Times” así lo demostró, con un sonido de soft rock de los años setentas y un aire a la Bowie pero con su distintiva voz narrando introspectivas letras, una sorpresa ya que no buscó el hit de clubes para bailar que hubiera sido más obvio, prefirió escarbar en el suave rock californiano y las guitarras acústicas, aunque también se dio tiempo para subirle al volumen e intensidad en otros temas más rocanroleros como en “Kiwi” y “Only Angel” sin perder la melancolía que flota en las letras todo el álbum, es coautor de todas las canciones además de tocar la guitarra y todas la voces, eso le dio toda la credibilidad que pudiera hacerle falta en solitario.
Con Fine Line, su segundo trabajo de 2019 toda esa especulación del debut quedó atrás, bastaba escucharlo con atención para reconocer que estábamos ante una realidad, un joven talentoso que llegaba a los primeros lugares de popularidad con grandes temas como “Lights Up”, “Watermelon Sugar” o “Adore You”, con una mayor sensibilidad comercial, conservando algo de ese soft rock californiano, pero más alternativo. Se perciben influencias de Fleetwood Mac de Queen y los Beach Boys pero con un toque moderno y continuando con sus letras tortuosas, auténticas de un joven de su edad.
Ha tenido el acierto de visitar programas importantes de diferentes medios y sorprender con una actitud de músico serio, haciendo covers de Peter Gabriel “Sledgehammer”, de Fleetwood Mac “The Chain” o “Stop Draggin’ My Heart Around” de Tom Petty y Stevie Nicks para sorpresa de los mayores y dando a conocer esta música del siglo pasado a millennials y centennials.
Su vida personal también ha sido importante en su desarrollo como estrella, es abiertamente defensor de la diversidad sexual, sin auto nombrarse ni calificarse dentro de ella. Gusta de crear polémica, vistiendo ropa de mujer, como lo hizo para la portada de Vogue. Para él la ropa es una forma de expresión, sin etiquetas ni sexo, en total relación con la «difuminación» de los mismos sexos, tan común hoy en día. Concepto que aplica a la moda, música y a su propia sexualidad. Simplemente hace las cosas porque le gustan.
Hay que reconocer que detrás de Harry Styles hay un gran equipo que trabaja en todos los aspectos importantes del marketing digital y tradicional, se han realizado giras espectaculares mundiales con todos sus discos desde 1D y se han captado testimonios en video de todos estos momentos, los cuales obviamente también se han comercializado apropiadamente. Tiene un equipo creativo y sobre todo visionario, sin restarle mérito ni talento, la conjunción de ambos han creado este fenómeno de talla mundial para el resto de la década. .