Si hablamos de películas biográficas de artistas, podemos mencionar poco más de una docena que han sido lanzadas en los últimos años. Sin embargo, esta es la primera vez que los cines del mundo se acercarán a la vida de Bob Marley, el exponente musical más importante que le ha dado la nación de Jamaica a la historia. Bob Marley (interpretado Kingsley Ben-Adir) se caracterizó por su carisma, además de un espíritu incomparable que, guiado por la música y su devoción a Jah, ambos elementos lo llevaron a dar conciertos en los que su vida y la de sus seres queridos estuvo en riesgo. No era un secreto la ola de violencia en la que Jamaica se vio sumergida durante los años 70, sin importar si eras un civil normal o una gran estrella musical; la tensión nacional podía cruzar los hogares en un parpadeo, dejando un rastro de tragedia y sangre.
La película va marcando los antecedentes en la vida de Marley, desde su complicada infancia en la que su madre tuvo que afrontar el hecho de que el padre de Bob no quisiera reconocerlo como un descendiente suyo, agregando la falta de prosperidad económica en su entorno. Pero el destino de Bob no era estar solo; su compañera de trayectoria y vida siempre fue su esposa Rita (Lashana Lynch), a quien conoció desde muy joven y quien lo cuidaría hasta sus últimos días de vida.
La ambientación musical presenta al público varios de los trabajos más importantes en el repertorio de Bob Marley, pasando por «Exodus» y su mensaje de unidad, liberación y resistencia enfocado en la filosofía rastafari de la cual Marley era fiel creyente. Además, «Three Little Birds» tiene su propio segmento de presentación, siendo uno de los primeros triunfos laborales para Bob Marley y su familia musical. Si podemos mencionar uno de los mejores aciertos en el elenco de la película, podemos referenciar fácilmente a Lashana Lynch, quien toma el papel no solo de una esposa, sino de una mujer que debe cargar no solo con las mieles del éxito de la vida de su cónyuge, sino que trata de vislumbrar un propio camino en su carrera mientras equilibra todos sus deberes con la maternidad, tanto deseada como impuesta como consecuencia de las acciones extramaritales de Bob.
El trabajo de fotografía de la película nos transporta a una época donde conocemos una faceta poco vista de Marley, no solo los excesos y su vida musical, sino también presenta el núcleo familiar, sus problemas existenciales, pero, sobre todo, sus objetivos de promover un mensaje de paz con su música.
Kingsley Ben-Adir no tiene mucho parecido en comparación con cómo fue Bob Marley en la vida real. Puede sentirse que la biopic «embelleció» a su protagonista alejándolo un poco de su apariencia y naturalidad descuidadas. Sin embargo, su actuación irradia carisma e incita al espectador a no levantarse de sus asientos cuando la historia llega al punto culminante: su diagnóstico médico de cáncer. Esta escena sumerge los sentimientos de redención, así como la búsqueda de la paz, ante todo. Fue así como las letras en honor a Jah unieron naciones, ablandaron los corazones pecadores y sembraron una semilla de esperanza para Jamaica y su pueblo, que hoy en día no olvida el legado del mayor representante del reggae.
Sí, la película puede sentirse en algunos puntos como lenta y un poco confusa entre los años 70 y el pasado de Marley; sin embargo, cumple con entretener y explorar la vida de Bob Marley, aunque se queda corta en resaltar su verdadero aporte a la industria y al mundo. Es una buena oportunidad para que el público melómano y la nueva generación de cinéfilos, así como aquellos que están desinformados en la historia musical, conozcan la leyenda de un icono que dio voz a millones con sus poderosas letras reflejadas en sus canciones.
Todo el equipo de XploraMúsica agradece a Paramount Pictures México por permitirnos disfrutar la historia del legendario Bob Marley llevada a la gran pantalla.